Mirar adelante
Soñar, construir identidad y diseñar escalones a medida
Algo que siempre me gustó fue soñar a 10 años a futuro. Imaginarme con mis metas caminadas, conquistadas y reclamadas. Fui creciendo escuchando frases como “sos muy soñador”, “bajá a la tierra en vez de soñar tanto” o “soñar es gratis”. De estas frases descubrí que la palabra “muy” en soñador no existe, que “bajar a la tierra” es el miedo a las alturas a la hora de volar, y que cuando de soñar se trata, nada es gratis, sino es cuestión de preguntarle a quién se despierta todos los días con sus sueños y anhelos frustrados.
Entonces seguí creciendo con mis sueños defendidos por mi testarudez, llevando como capa protectora una frase magistral: “no es necesario que el otro sueñe conmigo, los sueños son míos”.
Lo que vengo a compartir acá es un aprendizaje que hubiera salvado a Frodo de la carga del anillo, que hubiera acortado la duración de cientos de películas de Disney a la mitad, algo que hubiera hecho que Arturo no tuviera que demostrar herencia sacando una espada de una piedra.
Esto es la diferencia entre mirar al futuro buscando metas y mirar al futuro buscando identidad. Soñar nunca fue un problema, se puede ir más alto, el asunto es saber construir la escalera.
🔧 Escalones, hábitos y pisadas
Los sueños se alcanzan subiendo estos escalones. ¿Conocés la sensación de pisar en falso? Lo que se siente al subir un escalón, levantar el pie, y notar que no existe al golpear el piso con el talón. Después de varias, varias, varias patadas al aire descubrí algo simple y oculto a simple vista. Descubrí cómo reconocer escalones.
Los escalones se pueden hacer de papel, de piedra, de madera. Pueden ser seguros o pueden temblar al pisarlos. Lo importante es que sirvan para subir y que estén hechos a medida. No todos calzamos lo mismo: algunos van a necesitar escalones más separados, otros más juntos, más anchos o más delgados.
Estos escalones son los hábitos.
🧠 Diseñar hábitos, no esperar milagros
Los hábitos diarios son los enanos de Blancanieves, son el Iniesta de Messi, son las papas fritas del combo o el aceite y sal de la ensalada. Hacen la diferencia y sin ellos no se logra el mismo resultado. Para lograr la meta que te propongas va a ser necesario el diseño de hábitos.
Ahora, ¿qué es un hábito? Un hábito es una acción que se repite “x” cantidad de veces para poder ingresarla a un sistema automático. Un ejemplo sería cepillarse los dientes antes de dormir o chequear si tengo la billetera antes de salir. Es una conducta que no demanda casi energía porque justamente es automática, no se piensa.
¿Y qué tiene que ver un hábito con las escaleras y con mis sueños? Que el sueño o meta que te propongas no se logra de la noche a la mañana, sino que se logra con tiempo, y más específicamente con conductas a lo largo del tiempo.
🚀 De metas a identidad: el verdadero cambio
Acá es donde viene mi interpretación y descubrimiento: que los hábitos enfocados en un resultado no me dieron fruto. Por otro lado, los hábitos enfocados a una identidad fue un game changer total.
Esto, en criollo, sería cambiar un sueño como “escribir un libro” por “ser escritor”.
La diferencia radica en que la conducta, el hábito en sí, automáticamente alcanza el sueño. Es decir: cada vez que me siento a escribir, soy escritor. La acumulación de este “ser escritor” es lo que da como resultado el libro.
Esa es la escalera. Ese es el punto donde poner el pie para subir, mirar y abrazar la conducta semanal, que ya no me acerca a mi meta de “escribir un libro”, sino que logra mi sueño de “ser escritor”.
Y ahora es cuestión de ir poniendo un escalón encima del otro hasta ese libro que quiero.
¡Viví tu vida como quieras!
– Esteban